INTRODUCCION



Lo que a mí me interesó como fotógrafo, fueron precisamente el fluir de la vida y el quehacer de hombres y mujeres, desde el amor y el juego, hasta la guerra, la muerte y la fe; desde el trabajo y la alegría, hasta la soledad y el abandono. Algunas veces logré captar una fracción infinitesimal del instante de esos temas, un tenue “para siempre” relativo y engañoso, pero significativo, que es lo que construye la esencia fotográfica: un diálogo eterno entre el tiempo acaecido, el fotógrafo efímero, y un espectador siempre cambiante. 

Rodrigo Moya
Cuernavaca, mayo de 2002